Un desenlace previsible

Desde que Vélez Uribe contó cómo el Centro Democrático no basó su campaña durante el plebiscito en explicar el Acuerdo de Paz y sus críticas al mismo, sino en difundir tergiversaciones y mentiras sobre lo acordado, y Francisco Santos mencionó que en el partido había un sector que quería que se hiciera tabla rasa y se iniciara de nuevo y desde cero la negociación con las FARC, las verdaderas intenciones de los líderes de esta colectividad comenzaron a aflorar.

Diversas declaraciones del senador Uribe Vélez confirmaron esas intenciones. Para la muestra un botón: según él, la impunidad estaba en las 297 páginas del texto del Acuerdo. Valdría la pena preguntarle, por ejemplo, ¿Cuál es la impunidad que se esconde en el punto 1, de reforma rural integral? No solo creo que en el acuerdo no hay impunidad, sino que pienso que es ridículo hablar de impunidad en varios puntos del mismo, como el ya mencionado. Al parecer, la estrategia de tergiversar continuaba en el post-plebiscito.

Una vez se firmó el nuevo Acuerdo la lentitud del Uribismo en estudiarlo fue desesperante. Muchos analistas y no pocos colombianos del común lo leímos y analizamos en la quinta parte del tiempo que le tomó a los del Centro. Las conclusiones de estos análisis eran coincidentes: el Gobierno y las FARC habían hecho un serio esfuerzo por incorporar los reparos y las propuestas de los promotores del No y la mayoría de ellas estaban reflejadas en el nuevo Acuerdo (incluso algunos hablaron de un 80%). Pero al Uribismo esto no le satisfizo, sino que al parecer quería que se incorporaran el 100% de sus ideas. Es decir, no querían una negociación, sino una imposición, porque negociar implica que todos ceden un poco. Incluso, el expresidente comenzó a atacar el nuevo Acuerdo antes de “completar su lectura” ¿Cómo hizo?

Más aún, los videos de hace una década que han circulado profusamente por las redes muestran que el expresidente estaba dispuesto a ceder mucho más de lo que en la actual negociación se cedió. ¿Por qué ese cambio tan radical de posición? Parece que lo único que le sirve es que el Acuerdo lo hubiese firmado él.

En definitiva el Centro Democrático y algunos otros promotores del No sencillamente no quieren acuerdo de paz –sin lugar a dudas no son todos, pues hay algunos que ya se han mostrado satisfechos con el nuevo Acuerdo. Pareciera que estuvieran dando largas para ver si el proceso estalla en mil pedazos. Por desgracia los primeros petardos ya sonaron: el primer rompimiento del cese al fuego bilateral y el asesinato sistemático de líderes regionales defensores de la paz y de los derechos humanos tienen al país y al Acuerdo en vilo.

Creo que al Gobierno Nacional le corresponde, en estas circunstancias, acelerar la implementación de lo acordado con las FARC y establecer estrategias serias y ambiciosas de protección de los líderes populares. A la sociedad civil nos corresponde apoyar la puesta en marcha inmediata del Acuerdo y denunciar cualquier amenaza contra la población. Y a los del Centro Democrático y sus aliados responder moralmente por las muertes que sucedan por su terco intento de impedir el cierre del proceso y la implementación del Acuerdo.