Desde su nacimiento el ser humano se ha valido de diferentes recursos y medios para subsistir; las maquinarias, equipos y herramientas de trabajos han sido invento del mismo hombre, otros son productos propios de la naturaleza que el hombre utiliza como medios productivos o explota con fines económicos como la tierra, los maderables o las minas. De todos estos recursos el que mayores oportunidades ha ofrecido y ofrecerá es la tierra, sin embargo el mal uso y los abusos cometidos por el hombre la han hecho menos productiva, situación que ha obligado al hombre a implementar sistemas tecnológicos, tanto químicos como mecánicos, como ayuda para aumentar la productividad de los suelos.
Si bien es cierto que esta estrategia ha funcionado en cuanto a rendimientos, es mucho más cierto que han resultado letales para los seres vivos, incluyendo al hombre, y han causado un enorme desequilibrio en nuestro ecosistema.
No todo está perdido
Los productos orgánicos se han convertido es una alternativa en producción y conservación del ambiente, resultan económicos y fáciles de producir si tenemos en cuenta que para su obtención se utilizan productos, como estiércol de animales o residuos de cosechas, que existen en las fincas o parcelas de los productores.
En la Costa Atlántica colombiana son varias las organizaciones que han sido fortalecidas y capacitadas con las metodologías participativas que propone la Corporación PBA, logrando producir bioinsumos como Bokashi, Lombriabono y Micorrizas.
Los productores han entendido que para tener acceso a los mercados de cadenas o internacionales debemos ofrecer productos con sello verde, limpio, libre de químico y de buena calidad.
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Por Marelis Salgado
Comunicadora rural, Aproysa (Chinú - Córdoba)