La agricultura familiar ganó importante terreno durante el 2014, justo el que fue declarado como año internacional de ese tema. Una delegación oficial de Colombia participó en la XXII Reunión Especializada sobre Agricultura Familiar (REAF), celebrada a comienzos de diciembre en Montevideo. La importancia de la presencia colombiana en este evento es notable: Por primera vez en muchas décadas de olvido y abandono de los pequeños productores rurales, el Estado tiene interés en construir una política pública para el sector. Brasil, Argentina y otros países del Mercosur han realizado avances notables en esa materia y el tema de la pequeña producción campesina está de moda en el mundo. Colombia, con su participación en esta reunión, pone la cara al delicado problema de la agricultura familiar. Pero además, la composición de la misión oficial, integrada por representantes de la sociedad civil, líderes campesinos y funcionarios de gobierno, refleja un enfoque nuevo, el de la concertación y la construcción de políticas mediante el diálogo.
"...implica partir de lo público, es decir convocar a los actores más representativos de la sociedad rural, reconocerlos como voceros e interlocutores válidos"REAF es un órgano consultivo del Mercosur, creado como espacio de diálogo entre los gobiernos y las organizaciones de la agricultura familiar para trabajar concertadamente en la formulación de políticas, y su trabajo ha sido fundamental para visibilizar el tema y consolidar las iniciativas en Agricultura Familiar que comenzaron en Brasil y se han extendido rápidamente a otros países. En la reunión de Montevideo, celebrada del 3 al 5 de diciembre, participaron los miembros plenos de Mercosur: Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Venezuela, y asistieron como asociados Bolivia, Ecuador y Chile. Además participaron Colombia, Perú y El Salvador. La delegación colombiana estuvo integrada por dos miembros de la Misión Rural, Santiago Perry (director de la Corporación PBA y miembro del Consejo Directivo de la Misión), Guillermo Llinás (asistente del director de la Misión); dos funcionarios del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Diana Vásquez y Adriana Mercedes Ibarra; y cuatro representantes de los pequeños productores: Yimis Severiche, dirigente campesina coordinadora de la Red de Productores de Ajonjolí de la región Caribe, Pedro Briceño, Gerente de la Central de Cooperativas de Pequeños Productores de Papa de Boyacá (COPABOY), Mario Bonilla, de Agrosolidaria, y Ricaurte Becerra, dirigente campesino de El Común y del Sindicato de Fiqueros de Santander.
El gobierno del presidente Santos ha dado muestras de interés en el tema de la agricultura familiar y la pequeña producción campesina. En Colombia estamos apenas en pañales, pero la presencia de una delegación en la reunión REAF es un buen síntoma de que las cosas podrían comenzar a cambiar. Para Santiago Perry, “hay un cambio importante en el interés público sobre temas rurales, que se originó con las políticas recientes sobre reparación de víctimas, restitución de tierras y en las negociaciones de La Habana, en donde ese fue un tema prioritario, y además la Misión Rural también puso el tema de relieve en su trabajo”, explica. Los paros y movilizaciones campesinas del año pasado ayudaron para que la gente hiciera conciencia del problema de la agricultura familiar en el país.
El director de la Corporación PBA considera que se requieren varios elementos para que la agricultura familiar reciba el tratamiento que merece. Por una parte, hay que reconocer la Agricultura Familiar como una categoría especial, distinta de la agricultura general, que merece una atención especializada y diferencias. En Brasil, por ejemplo, existe un ministerio de Desarrollo Rural, enfocado en este tema y distinto al ministerio de agricultura. Adicionalmente, “el diseño de una política pública implica partir de lo público, es decir convocar a los actores más representativos de la sociedad rural, reconocerlos como voceros e interlocutores válidos, establecer con ellos espacios de diálogo y concertación permanente que conlleven al diseño participativo de las propuestas y, por consiguiente, al establecimiento de responsabilidades compartidas”.
La REAF ha sido ejemplo de concertación; allí convergen autoridades y organizaciones de la sociedad civil, y juntas construyen los avances que la región puede mostrar en la actualidad. Se requiere, y así quedó consignado en el informe que los delegados colombianos redactaron, organizaciones de productores que cambien la actitud de confrontación por una constructiva y propositiva, y que cuenten con capacidad de hacer propuestas y al mismo tiempo gobiernos dispuestos al diálogo y a construir conjuntamente con las organizaciones sociales. En el caso colombiano, existe una gran dispersión de las organizaciones de pequeños productores, y el Estado no tiene una buena tradición en materia de diálogo y concertación con los sectores sociales, pero habrá que hacer los esfuerzos necesarios para avanzar en ese sentido. La Corporación PBA ha sido protagonista del fomento en el país y en la región de la Agricultura Familiar, y ha sistematizado sus experencias a través del enfoque metodológico Innovación Rural Participativa (IRP), utilizado en cientos de proyectos de pequeños productores rurales.
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Recomendaciones para Colombia
Estas son las recomendaciones que la delegación colombiana que participó en REAF trajo al país, como fruto de su participación:
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