Producción de semilla de papa certificada: una alternativa sostenible

Carmen de Carupa, Cundinamarca. A 112 Km de Bogotá, en la Provincia del Valle de Ubaté, converge el talento de 43 productores de papa orgullosos de su tierra, herencia que data de la tradición campesina en la región.

Años atrás, Luis Moncada, junto con otros pequeños productores rurales, había constituido una organización con la intensión de impulsar la producción y comercialización de papa en su región. “Cuando armamos la organización, íbamos en un proceso muy lento, no contábamos con conocimientos técnicos avanzados. Nunca hablábamos con gente que tuviera conocimientos importantes que nos sirvieran para fortalecer nuestro trabajo”, explica Luis.

Hace aproximadamente seis años, en convenio con GTZ, Agencia de Cooperación Técnica Alemana para el Desarrollo, la Corporación PBA dio inicio a un proceso de acompañamiento con pequeños productores rurales de papa en Carmen de Carupa en las veredas Mortiño, con la organización Corpomortiño, y Alisal, con la organización Asoagroalizal. Y, como cualquier proceso de la Corporación, inició con base en diagnósticos participativos realizados con diferentes grupos de productores en la zona, donde plantearon que uno de los principales problemas que enfrentaban en el proceso de producción era la utilización de semilla de mala calidad, siendo este el principal factor de contaminación de los cultivos, generación tras generación. Como consecuencia, plagas y enfermedades conllevaban a la utilización de más agroquímicos para su control, e incrementaban los costos de producción.

Según Daniel García, coordinador de Zona Andina para la Corporación PBA, al finalizar la vigencia del convenio con GTZ, los productores se encontraban en el punto de partida, el inicio del proceso de  apropiación en el manejo de semilla de buena calidad. A partir de ese momento, tuvo lugar el Programa Andino de la Corporación, que desde hace tres años se encuentra en ejecución, y donde se aprovechó a fondo la experiencia adelantada en Carmen de Carupa. El programa siguió con la estandarización en cuestión de producir semilla de alta calidad, se incluyeron otros componentes al proceso y se vinculó la vereda Charquira, con la organización Asoagrocharquira.

Resultados del Proceso

A través del proceso, los productores se capacitaron para multiplicar la semilla en sus diferentes categorías, teniendo en cuenta la normatividad de producción regulada por el ICA.  Después de dos años de trabajo, lograron hacer todo el ciclo de producción de semilla hasta certificarla, es decir que la producción se encuentra libre de plagas y enfermedades.

Cuando el proceso inició, los productores encontraron que la utilización de semilla proveniente de sus fincas ofrecía un rendimiento de 12 a 18 toneladas por hectárea. Ahora, con la implementación de semilla de alta calidad y certificada, obtienen un rendimiento que puede llegar hasta 36 toneladas por hectárea. Esta semilla exige menos controles químicos para plagas y enfermedades, en consecuencia se reducen los costos de producción y aumentan los rendimientos. 

Carmen de Carupa, como cualquier región, tiene unas características ambientales específicas. En un diálogo de saberes entre productores y técnicos, lograron realizar un proceso participativo que dio como resultado una semilla de alta calidad ajustada a las condiciones ambientales de la zona.  “La apropiación de los campesinos ha sido total, han desarrollado capacidades que les permitieron apropiarse de las tecnologías propuestas, lo que viene dando como resultado el incremento del porcentaje de semilla certificada por parte del ICA”, dice Daniel García,  de la Corporación PBA.

Tras el fortalecimiento y desarrollo de capacidades en Carmen de Carupa, hoy la Corporación PBA cuenta con pequeños productores multiplicadores que acompañan proceso en otras regiones en el departamento de Boyacá, entre ellas Saboyá y Simijaca. Por otro lado, participaron en intercambios de experiencias locales e internaciones. “A nuestro proyecto llegan muchas giras, productores, universitarios, ingenieros agrónomos, todos vienen a conocer nuestro proceso y cómo lo hacemos”, explica el agricultor Luis Moncada.

Retos para el 2010

Como coordinador, Daniel García le apuesta a la organización empresarial e implementación de un plan de negocio: “está confirmado que este es un negocio comunitario próspero, con muy buenos resultados. La idea es consolidar un comité empresarial para la producción de semilla como tal, canalizar las capacidades que ya tienen los productores para aprovecharlas en este reto y así obtener muchos más beneficios”, dice.

Luis Moncada le apuesta a la misma organización empresarial: “La visión que tenemos es crear una empresa fuerte que sea reconocida no sólo a nivel municipal, sino también a nivel nacional, que a través de la experiencia que tenemos podamos dar frutos, eso es lo que la gente espera de nosotros. Además, esperamos organizar nuestro sistema productivo; en este caso la papa, la semilla certificada y la papa para nuestro consumo. Ya hemos hecho contacto con las organizaciones que están interesadas en comprar, lo que nos falta es agrupar a los productores y arrancar”.

De este reto empresarial, viene la idea de consolidar las tres organizaciones; Corpomortiño, Asoagroalizal, Asoagrocharkira, en una sola organización fuerte, donde todos trabajen para pensar en empresa.