El amor por la naturaleza, truncado por la intolerancia

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Las organizaciones que actualmente manejan proyectos con objetivos ambientales, han encontrado que el arraigo de las personas a los métodos tradicionales es muy grande y esto dificulta que se concienticen del daño que están ocasionando.

 

“si los campesinos de la zona no toman conciencia del mal que le genera a la tierra seguir  con este tipo de técnicas, de nada vale el trabajo que hemos venido haciendo” comento Álvaro Madera, miembro de la Asociación de Comercializadores  y Cosechadores de Productos Agrícolas,  Cosechar,  preocupado por el desgaste ocasionado al suelo.

 

Cosechar, con más de veintiún familias asociadas, es una organización sin ánimo de lucro ubicada en la vereda La Salada, perteneciente al municipio de Los Córdobas  en el departamento de Córdoba, y que ha venido trabajando por más de una década en la conservación y el mejoramiento de los  ecosistemas de la zona, todo esto de la mando con entidades como Corpoica, la Universidad de Córdoba, el Fondo para la Acción Ambiental y la Corporación PBA.  

 

Sembrar  los sitios afectados con  especies nativas que se perdieron, proteger las fuentes de agua vivas, repoblar las riveras de las quebradas, concientizar a las personas   del daño que ocasionan al utilizar exageradamente los agroquímicos y diversificar sus cultivos, son varias  de las tareas que realizan los asociados en la lucha por conservar su medio. 

 

Pero la ignorancia e intolerancia  de individuos enemigos del medioambiente hacen que este trabajo se vea truncado,  pues  por diversión o premeditadamente atacan sin decencia alguna  el arduo trabajo que los miembros de la organización hacen día a día.

 

Aunque un gran número de personas han comprendido que es necesario trabajar de la mano con el suelo, para tener una mejor calidad de vida, un reducto sigue deteriorando y acabando con los ecosistemas que esta población trata de recuperar. “Pese a esto seguimos tratando de mejorar nuestro ambiente porque sabemos que así viviremos mejor”, expresa don Álvaro esperanzado en que las personas de su medio tomen conciencia del mal que producen. 

 

La lucha ardua y constante para recuperar los ecosistemas, ha encontrado en la insensatez del hombre la barrera más grande para alcanzar su fin.

 

Mientras que unos tratan por todos los medios mitigar el deterioro producido a los ecosistemas, aún hay personas que,  conociendo el daño que ocasionan,    siguen infringiendo dolor a una herida que de seguir así pronto no tendrá solución.

 

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Por Harold Guerrero

Comunicador Rural, Cosechar (Los Córdobas - Córdoba)