¿Qué pasa cuando una mujer campesina es luchadora?
A lo largo de la historia el rol de la mujer ha sido menospreciado, siendo vista como un objeto de uso en sus casas, incluso por ellas mismas, ya que la sociedad las había educado así. Sin embargo, en el siglo XVIII algunas mujeres empezaron a mostrar su gallardía, siendo La Pola una de ellas, con mucha relevancia e impacto en la concepción del valor de la mujer.
En la sociedad de hoy en día la mujer tiene un papel importante, pues ha demostrado, con esfuerzo, disciplina y tenacidad, que es capaz de ocupar grandes cargos, y ha pasado a ser reconocida como parte fundamental en el crecimiento de la familia y la sociedad. Pero hoy no solo se habla de la mujer citadina, sino que la mujer rural se destaca aún más, siendo un ejemplo para la comunidad, ya que con sus esfuerzos y su gran capacidad de trabajo no solo lidera su hogar, sino que también reparte su tiempo para criar animales y atender sus cultivos. Además, muchas de ellas tienen sus propios proyectos productivos.
Siendo ellas madres, esposas, agricultoras y, por si fuera poco, emprendedoras, han ganado un lugar en la sociedad. Con su liderazgo y capacidad, que desarrollan con su sabiduría e inteligencia, han logrado demostrar un liderazgo fuerte y sagaz. “Todo hombre debería apoyar a esas mujeres empoderadas, ya que ellas son la base fundamental en los hogares, en las fincas y en los proyectos. Son el pilar más importante y por eso deben ser cuidadas y valoradas con más esmero. También se puede decir que una finca sin el hombre funciona, pero una finca sin mujeres es como un jardín sin flores”, dice Julia Isabel Ramírez, una abogada que, al pensionarse, decidió unirse a muchas mujeres que han retomado las labores del campo.
Cada vez que se le otorga un reconocimiento a la mujer rural, más mujeres se inspiran y quieren seguir ese camino. Así, resulta esencial promover la igualdad de género y el empoderamiento, pues han contribuido a aumentar los beneficios económicos y sociales. De hecho, la mujer campesina cuenta con herramientas, conocimientos, habilidades y experiencias únicas que son cruciales para promover las prácticas sostenibles y combatir prejuicios en la sociedad.
Cristian Viña, que hace parte de la ADR, dice que “el trabajo de la mujer rural es muy relevante, puesto que, aparte de su dedicación, el orden y la creatividad que le dan a sus hogares, el cuidado que tienen con el medio ambiente ha sido un factor importante para que los efectos climáticos se reduzcan significativamente en sus fincas. Desde que las mujeres se empoderaron y empezaron a hacer diferentes labores, además de sus quehaceres domésticos, se ven más consolidadas con sus emprendimientos en diferentes líneas productivas. Las mujeres tienen que tener mayor fuerza y carácter, para así obtener mayores beneficios y proporcionar orden en esas unidades agrícolas en las que ejercen sus roles”.
Viendo su relevancia, se cuestiona la falta de apoyo de algunos de los esposos de estas mujeres rurales empoderadas, que no contribuyen para que ellas puedan lograr sacar sus proyectos adelante, porque se dice que detrás de una mujer empoderada debe haber un esposo que la apoya.
Gregorio Mora, uno de esos agricultores que sí reconoce y apoya a su mujer, dice que “ellas cumplen un papel único, ya que la labor de los hombres en el campo no sería igual si no tuvieran esa ayuda idónea. Con su fuerza y su capacidad de dar siempre lo mejor de sí y querer progresar en todos los aspectos, nos ayudan a mantener la balanza equilibrada. Son nuestro polo a tierra. Además, es muy importante el hecho de que se capacitan en las labores agrícolas, pues eso les ayuda a tener un amplio panorama sobre las investigaciones, ya que son muy juiciosas, tienden a poner más en práctica sus conocimientos y son más inquietas en el aprender”.
Aunque todavía hay un largo camino por recorrer, la mujer campesina de hoy es cada vez más reconocida por su gran labor, entusiasmo, empoderamiento y dedicación.
Por: Fanny Castro
Comunicadora Rural