Metodología

La Innovación Rural         Participativa

La Innovación Rural Participativa (IRP)

es una estrategia metodológica construida, sistematizada y desarrollada por la Corporación PBA, con base en la amplia experiencia y la activa participación de pequeños productores y facilitadores profesionales. Busca el empoderamiento y el desarrollo de capacidades sociales, técnicas, productivas y empresariales de los productores familiares.

Está orientada por cuatro principios:
1) integralidad de los procesos, teniendo en cuenta su complejidad al intervenir factores biológicos, sociales, culturales y económicos; 2) énfasis en los procesos, en el aprendizaje y las habilidades obtenidas, más que en los meros resultados y el cumplimiento mecánico de metas predeterminadas; 3) empoderamiento y desarrollo de capacidades de las comunidades rurales, promoviendo su autonomía y evitando actitudes asistencialistas, y 4) sostenibilidad económica, social y ambiental, orientada al largo plazo.

El proceso de la IRP es gradual y va de lo comunitario a lo territorial en tres etapas:

 

1- Comunidades construyendo e iniciando sus Rutas de Innovación:

acercamiento a la comunidad, creando lazos de confianza que permitan el trabajo conjunto. Los pequeños productores se diagnostican y construyen su Ruta de Innovación, con base en la cual se formula el plan de acompañamiento. Se inicia el trabajo en la recuperación de la autoestima, el fortalecimiento de los valores y el crecimiento personal; se crean los primeros gérmenes organizativos; se emprenden procesos de investigación participativos para mejorar los sistemas productivos; se identifican negocios comunes, y se promueven buenos hábitos empresariales.

 

2- Comunidades en consolidación y crecimiento:

la comunidad ya es capaz de ponerse metas más ambiciosas, se apropia de sus procesos y aprende a liderarlos, formulando y ejecutando sus propios proyectos, programas o planes de negocios. Así mismo, formaliza y fortalece su organización, mejora su tecnología y su producción, administra sus emprendimientos e impacta en las condiciones de vida y los ingresos de los participantes del proceso.

 

3- Comunidades incidiendo en el desarrollo territorial y de sus cadenas productivas:

las comunidades organizadas interactúan entre ellas, reconociendo sus intereses comunes, identificando los actores territoriales con los que es importante relacionarse, buscando puntos en común con sus posibles aliados y concretando acuerdos de trabajo que les permitan construir un sistema continuo de innovación y desarrollo. En estos Sistemas Territoriales de Innovación (STI), los pequeños productores han de ser protagonistas, haciendo valer sus necesidades, intereses y visiones.Además, se promueven Programas de Desarrollo Rural Integral con Enfoque Territorial (PDRIET), que deben incluir todos los renglones productivos y de servicios que puedan contribuir con la generación de ingresos de las comunidades rurales, teniendo en cuenta las condiciones ambientales del territorio, la dotación de activos productivos y de infraestructura, la prestación de servicios públicos y sociales, el fortalecimiento y protección del capital humano y la construcción de capital social. Al igual que en los STI, los pequeños productores rurales deben ser protagonistas de estos Programas.

 

A lo largo de estas etapas se trabajan, de manera simultánea, cuatro componentes de acompañamiento que se conectan e interactúan entre sí, ajustándose a las características propias de cada comunidad.

Estos son:

1- Empoderamiento de los Pequeños Productores Rurales (EPPR):

se basa en la recuperación de la autoestima y la confianza del productor, a partir de la toma de consciencia de sí mismo, la capacidad para decidir sobre su desarrollo personal y el reconocimiento propio como un sujeto con fortalezas y debilidades dentro de un contexto sociocultural particular. Se trabaja, también, el fortalecimiento de valores para el trabajo en equipo y el desarrollo de capacidades, actitudes y habilidades sociales para la comunicación, la participación, la organización, el control, la gestión y la facilitación.

 

2- Desarrollo Organizativo para la Innovación (DOI):

se encuentra estrechamente relacionado con el EPPR, pues ambos contribuyen al crecimiento de las organizaciones y sus líderes; mientras que el primero se enfoca en los aspectos individuales y el potencial humano, este lo hace en los sociales y organizativos. Así, los objetivos de mediano y largo plazo del método DOI consisten en consolidar organizaciones rurales fuertes y capaces de gestionar el desarrollo local y regional, a través de la potenciación y el fortalecimiento de las habilidades para manejar recursos y planificar, gestionar y ejecutar proyectos.

 

3- Mejoramiento Tecnológico Participativo (MTP):

se enfoca en el desarrollo de las capacidades de los pequeños productores para investigar, innovar y mejorar su producción, abogando porque sea más sostenible y competitiva. De esta forma, se favorece la construcción colectiva del conocimiento y su aplicación de acuerdo a las necesidades, problemas y condiciones específicas de cada zona y comunidad. El MTP trabaja tanto con tecnologías y conocimiento autóctono, o tradicional, como con tecnologías de punta.

 

4- Emprendimientos Participativos Rurales (EPR):

consiste en el desarrollo y fortalecimiento de capacidades y buenos hábitos empresariales, así como en la formulación y ejecución participativa de planes de negocios, que les permitan a las organizaciones establecer nuevos vínculos con el mercado, consolidar los que ya tienen y ampliar y diversificar sus negocios.