Un nuevo enfoque para comprender la captura del Estado por las redes criminales

Imagen

El enfoque pionero de Luis Jorge Garay sobre redes de crimen ayuda a comprender los fenómenos ocurridos en Colombia y otros países en las últimas décadas.
El economista y miembro el Grupo Diálogo Rural Colombia, Luis Jorge Garay, está revolucionando los estudios de criminalística con un enfoque novedoso para el estudio del crimen: el enfoque de redes. El crimen, bajo esta mirada, no es un acto individual sino un hecho sistémico. Garay comenzó en 2008 una investigación sobre lo que denomina captura y reconfiguración cooptada del Estado. Desde entonces, ha publicado cuatro libros con los resultados de su trabajo, el último de los cuales está recientemente disponible en las librerías del país. La premisa de la que parte es que ha llegado la hora de cambiar el paradigma desde el que se analiza el crimen. La teoría tradicional sobre criminalidad supone que el Estado siempre confronta al crimen y que la sociedad siempre rechaza moral y éticamente a los criminales. La realidad, no obstante, muestra algo diferente: no siempre hay tal confrontación, sino que instancias del Estado y la sociedad colaboran con la criminalidad para satisfacer propósitos criminales y personales. Ya no se trata de los buenos contra los malos. La sociedad actual está llena de grises, que tienen un pie en el mundo legal y otro en la ilegalidad, y que se trenzan con los criminales en una red de relaciones muy compleja, sin la cual el crimen no sería posible y gracias a la cual los criminales ya no son simplemente bandidos dirigiendo organizaciones criminales, sino redes sociales entrelazadas, que se comportan como sistemas dinámicos y que perviven incluso más allá de la existencia de sus líderes.

Garay se ha esforzado, con otros autores, por “mapear” algunas de estas redes del crimen en Colombia, México y Guatemala y con el apoyo de software especializado para la conexión de datos, ha levantado el diagrama de importantes redes criminales, como la de Jorge 40, el jefe paramilitar que asoló a la región Caribe colombiana; o la red criminal en la que estaba involucrado el presidente de la República en Guatemala, para citar tan solo dos casos de los varios que este trabajo ha podido elaborar.


Ya no se trata de los buenos contra los malos. La sociedad actual está llena de grises, que tienen un pie en el mundo legal y otro en la ilegalidad, y que se trenzan con los criminales en una red de relaciones muy compleja, sin la cual el crimen no sería posible y gracias a la cual los criminales ya no son simplemente bandidos dirigiendo organizaciones criminales, sino redes sociales entrelazadas¿De qué manera las redes criminales cooptan el Estado y lo reconfiguran? Por supuesto, la vieja herramienta del soborno sigue siendo utilizada, junto con la intimidación. Pero hoy se va más allá. “Hoy tiene lugar una verdadera captura instrumental de instituciones enteras del Estado. El mejor vehículo es a través de la política. Se trata de una captura de partidos políticos que funcionan en el ejercicio de un proceso democrático,  para elegir funcionarios que tengan incidencia en las decisiones que favorecen a los criminales”, explica Garay. La “reconfiguración cooptada del Estado” se define como el conjunto de acciones de elementos legales e ilegales, que buscan actuar desde dentro del régimen político. El investigador lo explica en estos términos: “Es cuando ya la ilegalidad en asocio con sectores legales, actúa a través de la misma institucionalidad para promover los intereses ilegales”. Un caso emblemático es el ocurrido en Colombia en el Congreso de la República durante los periodos legislativos 2002 y 2006, cuando el 35 por ciento de los congresistas eran aliados de las mafias paramilitares.

El modelamiento de sistemas es una aproximación en uso desde hace algún tiempo en distintos campos de las ciencias sociales, pero no había sido aplicado en la criminalística. Garay ha logrado identificar las redes de numerosos procesos criminales, basándose exclusivamente en la información de procesos judiciales verificados y fallados. De esta manera, están “mapeadas” las redes de crimen en los llanos orientales de Colombia, dirigidas por el narcotraficante Martín Llanos.  O la red de crimen organizada por mafiosos en el Caribe colombiano. También están identificadas las redes de crimen del negocio establecido por Vladimiro Montesinos (Perú), con la guerrilla de las FARC colombiana. O las redes de la guerrilla del ELN en el departamento de Arauca, en el oriente del país.

La consecuencia práctica de este enfoque es que la investigación judicial – una vez adopte esta metodología – puede comprender mejor el funcionamiento de los sistemas criminales, entender el papel de cada uno de sus actores e incidir sobre los nodos clave de dichos sistemas. “Si no se cambia la hermenéutica de la investigación judicial, se siguen viendo como crímenes individuales lo que son crímenes de sistema”, explica Garay.

El Grupo Diálogo Rural Colombia se reunió la semana pasada en Bogotá para escuchar la presentación de este trabajo directamente del propio Luis Jorge Garay. Para el Secretario Técnico del GDR Colombia, “El enfoque novedoso y el trabajo sistemático que ha hecho Luis Jorge Garay sobre la captura y cooptación del Estado por grupos ilegales permite comprender mejor la situación de desinstitucionalización existente en las áreas rurales del país, la necesidad de hacer una reforma institucional profunda y renovadora, y el reto que implica esa reforma para fortalecer los mecanismos de control social y el papel de la sociedad civil, y para reducir la infiltración de los intereses ilegales”.