La región de la Orinoquía es una de las zonas que hace parte del convenio suscrito entre la Corporación PBA y el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER) que incluye el desarrollo de proyectos productivos en donde participan tres departamentos, Meta, Vichada y Cundinamarca.
El municipio de Cabrera, en Cundinamarca, es uno de los baluartes en la estrategia de implementación de proyectos de desarrollo rural, pues todo su territorio está constituido como zona de reserva campesina, lo cual representa un modelo de vanguardia en la política de reforma agraria en Colombia; allí se trabaja en la promoción productiva del pequeño distrito de riego de la asociación ASOSANTAMARTA y en otras cuatro zonas rurales con diferentes líneas productivas entre las cuales se destacan cultivos individuales o asociados de tomate de árbol, frijol, curuba y granadilla, además del fortalecimiento de sistemas de ganadería de leche; donde participan un total de 90 familias campesinas.
La Corporación PBA ha venido implementado su experiencia y desarrollando sus metodologías de Innovación Rural Participativa (IRP), en las cuales buscan fortalecer y empoderar a los pequeños productores en sus propios proyectos de vidaEn el Meta, en los municipios de Puerto López y San Martin de los Llanos, se cuenta con tres proyectos, bajo la misma línea productiva; fortalecimiento de ganadería doble propósito con la implementación de sistemas silvo pastoriles que cobijan a 103 familias, de las cuales 96 están en condición vulnerable por desplazamiento.
Los proyectos en el Departamento del Vichada, tienen su origen en la reunión de “Acuerdos para la Prosperidad” sostenida en el mes de Julio de 2012, en el municipio de La Primavera, en donde se legalizó la tenencia de 75 mil hectáreas, mediante la entrega protocolaria de 150 títulos, para igual número de familias campesinas, efectuada por el mismo presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderon; los dos proyectos en Vichada tienen cobertura para 304 familias todas campesinas del municipio de La Primavera. 154 de ellas pertenecientes a la etnia Guahibo - Sikuani, ubicadas en el resguardo indígena La Llanura - El Tomo, que cuenta con una extensión de 74 mil hectáreas; y con las cuales se pretende el establecimiento de 154 hectáreas de un cultivo en arreglo asociado de caucho + cacao + plátano + maderables (abarco). Las otras 150 familias trabajan en la introducción de praderas mejoradas del genero brachiaria y en la implementación de sistemas silvo pastoriles, para mejorar su producción ganadera de ceba y cría.
Para consolidación de estas familias beneficiarias, la Corporación PBA ha venido implementado su experiencia y desarrollando sus metodologías de Innovación Rural Participativa (IRP), en las cuales buscan fortalecer y empoderar a los pequeños productores en sus propios proyectos de vida.
En este proceso se comenzó por varias etapas, entre las que estuvo el levantamiento de información del predio, encuesta de las familias y formulación del proyecto participativo con la metodología IRP para cada uno de los proyectos.
En la actualidad el proceso se encuentra en la última etapa que es la constitución del Comité Técnico Operativo, que se conforma por un mínimo de cinco líderes de la comunidad, entre ellos el representante que es elegido para el manejo de cuenta bancaria; un representante territorial de INCODER que hace parte del equipo de vigilancia, un delegado del equipo técnico y un representante del aliado o de la Corporación PBA.
Bernardo Antonio Mejía Díaz, coordinador del proyecto en la región de la Orinoquía, menciona que la implementación de la metodología de la Corporación PBA requiere de procesos planeados a mediano y largo plazo, la fase de formulación ha sido un abre bocas para todos los productores que formularon sus proyectos con metodología participativa. El INCODER ha pensado en apropiar la metodología y para ello ha dispuesto que la fase de ejecución de los mismos contará con el acompañamiento técnico de dos años; lo que permitirá a la postre afianzar el empoderamiento de las comunidades en su propio desarrollo, la formalización de sus organizaciones, la construcción de lazos de confianza, la articulación con redes de apoyo y la creación de capacidades de auto gestión y desarrollo investigativo, para el impulso de cada uno de sus modelos productivos.
Por Martha Pinilla, Comunicadora Rural Carmen de Carupa, Cundinamarca.